El Parque Nacional Yasuní se
extiende sobre un área de 9820 kilómetros cuadrados en las provincias de
Pastaza y Orellana entre el río Napo y Curaray en plena selva amazónica ecuatoriana justo en el
límite de la frontera con Perú. Ésta área es considerada la de mayor
biodiversidad del planeta con un estimado de 3100 especies de flora y fauna
(Ministerio Ambiente del Ecuador, 2012). En 1979 el Gobierno Nacional otorga a
ésta zona la distinción de Parque nacional, luego en 1989 la UNESCO la incluye
como reserva mundial de la Biosfera[1]. Finalmente, en 1999 el
bloque ITT al sur fue declarado como zona intangible[2]
Este lugar alberga
en el subsuelo un estimado de 920 millones de barriles de petróleo al sur del parque comprendidos en los
bloques ITT( Ishpingo Tiputini y
Tambococha).El Estado ecuatoriano a través
del actual Gobierno en 2007, lanzó la “INICIATIVA YASUNI ITT”
consistente en, dejar el petróleo bajo tierra y evitar la emisión de 111
millones de toneladas de CO2 a la atmosfera a cambio de una compensación
económica, equivalente aproximadamente al 33% del valor del crudo en el
mercado. Bajo ésta lógica, el gobierno sacrificaba aproximadamente 720 millones
de dólares en inversión anuales, cantidad extremadamente importante tomando en
cuenta las necesidades de la economía ecuatoriana (Amazonía por la vida, 2008).
El 15 de agosto de 2013,
el presidente Correa dió a conocer la decisión de finalizar la iniciativa
“YASUNI ITT”, bajo el argumento del fracaso, en su intento de recaudar el
dinero mínimo solicitado para mantener el crudo bajo tierra. Apenas el valor
recaudado llegó a 13.3 millones USD, cantidad ínfima para lo esperado (Telégrafo, 2013).
Esta noticia causó y todavía
cuasa gran cobertura social y mediática, puesto que el presidente mencionó el
plan B, explotar el ITT, mencionando que la intervención afectará a menos del uno por mil del
territorio de estos bloques, asegurando que la zona quedará intacta después de
la explotación petrolera. En consecuencia, el 3 de octubre de 2013 la Asamblea
Nacional aprobó la explotación del bloque ITT en dos polémicos debates.
La evidencia histórica demuestra que, no existe explotación sin contaminación
y desastre, la realidad de aquello se muestra en la huella dejada por TEXACO en
Ecuador durante el boom petrolero a finales de los años 70. British Petroleum,
con tecnología de punta, ocupó menos del uno por mil del Golfo de México y
ocasionó grave devastación ambiental a inicios de 2010. Explotar el YASUNI ITT implica, la perdida
automática de la mayor zona biodiversa del planeta, poner en riesgo la vida de
los pueblos en aislamiento voluntario y sobre todo renunciar a un cambio de
modelo neo-extractivista.
La Constitución de 2008 en sus artículos 57, 72 y 407
garantiza la protección de los pueblos en aislamiento, otorga derechos a la
naturaleza y prohíbe expresamente la explotación de recursos naturales en áreas
protegidas. Resulta difícil concebir solo aquella idea de intervención.
El gobierno y su modelo no han cumplido con la concepción fundamental de la economìa, de la gente para la gente, defendiendo las relaciones con la naturaleza y la vida. En contraste, el YASUNI siempre estuvo en los planes del gobierno y poco o nada importó la intención del colectivo Yasunidos de brindar un espacio de legitimidad en el discurso oficialista, todo fue un remolino de contradicciones, pues de la noche a la mañana no importó la constitución más verde del mundo y la campaña "Ecuador ama la vida" bajo el argumento del uno por mil.
Considero profundamente, que
el YASUNI puede ofrecer una salida sostenible y rentable a la extracción del
petróleo, a través del bioconocimiento, medicinas, fitofármacos, turismo y
conocimientos tradicionales, es una alternativa de ingresos a largo plazo y actualmente de
valor incalculable, que garantiza el
aprovechamiento íntegro del parque. En analogía con las Fábulas de Esopo,
explotar esta zona implica matar a la gallina sin antes recoger los huevos de
oro.
[1] La UNESCO selecciona áreas por su
interés científico, económico, humano, basándose en una serie de criterios que
determinan si un espacio se incluye en el programa sobre el hombre y la
biosfera.
[2] Ésta zona ha de ser
protegida de la minería, la extracción petrolífera, la tala de árboles, la
colonización o cualquier actividad que pudiera alterar la biodiversidad y la
cultura etnológica de la zona.
Desgraciadamente en este País se opto por lo más fácil, en lugar de darle paso a la naturaleza y a descubrir de a poco lo que nos da la misma, invertir en su mantenimiento hubiera sido mejor que solo dejar que exploten nuestra naturaleza...Con el tiempo se van arrepentir de no haber cuidado mas la tierra que sus bolsillos, ya que no va a existir porque luchen nuestras nuevas generaciones...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Pam Aguilar. En efecto, a largo plazo el Yasuni representa una alternativa y patrimonio de valor incalculable, como reza el viejo refrán "pan para hoy, hambre para mañana" Saludos....
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