martes, 16 de julio de 2019

La Ruta de la seda y su aporte en el desarrollo del comercio mundial y las cadenas globales de valor*




Antiguamente, la Ruta de la Seda fue un importante eje comercial entre Asia y Europa. El hermoso tejido de la seda, se obtiene de filamentos que desprenden los capullos de una especie de gusano. Estos suaves tejidos se utilizaban para la confección de vistosos y finos vestidos, considerados artículos de lujo. ¿Cómo ha contribuido la Ruta de la Seda para el desarrollo del comercio mundial y las cadenas globales de valor?

En la legendaria China, la industria del gusano de seda, así como las rutas comerciales con los países occidentales, se establecieron desde el año 2460 a.c, hasta el siglo XIV. Desde  un  principio,  los  propios  chinos  se  dieron  cuenta  que la seda era un inmenso tesoro. Su cultivo, fue uno de los secretos mejor guardados en la historia, a tal punto, que su divulgación se castigaba con la pena de muerte. Esta red de caminos impulsados por el creciente comercio de la seda, partía desde China hasta la costa de Siria, representando además un importante intercambio cultural. (Llagostera, 2004).

Los visitantes y mercaderes, incluyendo al viajero veneciano Marco Polo, llegaban desde Europa donde este producto era muy apetecido[1]. Estos comerciantes a través de mar y tierra lograron establecer, hace 2300 años las rutas de intercambio de productos entre los extremos del continente euroasiático, lo que permitió el florecimiento del comercio, la cultura y el descubrimiento de avances como el hierro fundido y el vidrio de Occidente (Higueras, 2015)Esta senda de las caravanas, recibió el nombre de Seidenstrasse “Ruta de la Seda” por el geógrafo alemán Ferdinand von Richthofen (1833-1905), en el siglo XIX , cuando ya había caído en desuso. 

Posteriormente, la aparición de una única zona monetaria transnacional y transcultural puso los cimientos para la unificación de Afroasia, y finalmente de todo el globo, en una única esfera económica y política. Las personas continuaban hablando dialectos extraños, obedecían a gobernadores diferentes y adoraban a dioses distintos, pero todos creían en las monedas de oro y plata. Sin esta creencia compartida, las redes comerciales globales habrían sido prácticamente imposibles. El oro y la plata que los conquistadores del siglo XVI encontraron en América permitieron a los mercaderes europeos adquirir seda, porcelana y especias de Asia oriental, con lo que movían las ruedas del crecimiento económico en Europa como en Asia oriental. La mayor parte de oro y plata extraídos de las minas de Centro América y los Andes se escapó de las manos europeas hasta encontrar una buena acogida en las bolsas de los fabricantes chinos de seda y porcelana. (Harari, 2014) 

En el año 2014, la UNESCO, eligió un tramo de la ruta, como Patrimonio de la Humanidad bajo la designación; Rutas de la Seda: red viaria de la ruta del corredor Chang’an-Tian-shan. La ruta abarca 5.000 kilómetros de la gran red viaria que va desde Chang’an/Luoyang, capital principal de China durante el reinado de las dinastías Han y Tang, hasta la región de Zhetysu, situada en Asia Central. (UNESCO, 2019)

Hoy en día, China ha emprendido un proyecto ambicioso sin precedentes, denominado; “Un Cinturón-Una Ruta” (One Belt-One Road, en inglés). Lo que hace apenas algunos años comenzó con un discurso del presidente Xi Jinping sobre revitalizar la antigua Ruta de la Seda, se ha convertido en un desafío mayor, una revolución total en infraestructura, tránsito de mercancías, pasajeros, hidrocarburos y alta tecnología (Higueras, 2015). Desde el sudeste asiático hasta Europa oriental y África, el plan incluye 71 países que representan la mitad de la población mundial y una cuarta parte del PIB mundial. La iniciativa de Pekín ha sido llamada un “Plan Marshall chino”, un paquete de estímulo para una economía en desaceleración y una campaña de marketing masiva para algo que ya estaba sucediendo; la inversión china alrededor del mundo y el surgimiento de una potencia contrahegemónica. (Kuo & Kommenda, 2019)


(*) Ricardo Escobar Moreno 

Trabajos citados

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses "Breve historia de la humanidad". Bogotá: Debate.
Higueras, G. (2015). La ruta de la seda silgo XXI. Política Exterior.
Kuo, L., & Kommenda, N. (05 de julio de 2019). The Guardian. Recuperado el 05 de julio de 2019, de The Guardian: https://www.theguardian.com/cities/ng-interactive/2018/jul/30/what-china-belt-road-initiative-silk-road-explainer
Llagostera, E. (2004). La seda China y la ruta de la seda. Boletín de la Asociación Española de Orientalistas, XL(2004) 243-265, 243-265.
UNESCO. (03 de julio de 2019). UNESCO. Recuperado el 03 de julio de 2019, de UNESCO: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/four_new_cultural_sites_inscribed_on_world_heritage_list/





[1] Apodado Messer Milione, a causa de sus extraordinarios relatos sobre las riquezas orientales.

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